PEDRO CHOURIO - EDUCACIÓN FÍSICA DEPORTE Y RECREACIÓN - El pulso
EDUCACIÓN FÍSICA

 

El pulso:

Generalidades

Ritmo cardíaco es el período armónico de latidos cardíacos formado por los sonidos de Korochof, el corazón late durante la sístole (contracción del corazón para impulsar sangre) ese el primer ruido de Korochof y el segundo es durante la diástole (relajación del corazón que permite que se llene de sangre para la sìstole). Si estos ruidos no son armónicos es decir no se dan con periodicidad entonces no hay ritmo cardíaco, a esta perdida del ritmo cardíaco se le llama arritmia.

Como parte de las actividades de la clase de Educación Física, es indispensable que aprendas a medirle la ¿frecuencia cardiaca o pulso.

El pulso es el elemento básico para conocer el grado de intensidad con que se está realizando un esfuerzo físico. Debes saber que ello tiene un gran valor, tanto para controlar el grado de exigencia de los ejercicios y establecer la recuperación, como para regular la intensidad con que deseas ejercitarte. De lo anteriormente expuesto se desprende que el pulso debe ser tomado antes, durante y después de un programa de entrenamiento.

Definición:

Es la onda pulsátil que se produce por choque de la sangre con el Cayado de Aorta y que se propaga a través de las arterias.

 

  Comprobación del pulso radial.Comprobación del pulso radial.

En medicina, el pulso de una persona es la pulsación de sus arterias como consecuencia de los latidos del corazón. Puede sentirse en el cuello, las muñecas y otras partes del cuerpo.

Las ondas de presión se mueven a lo largo de los vasos sanguíneos, que son flexibles, pero no están provocadas por el movimiento de avance de la sangre. Cuando el corazón se contrae, la sangre es expulsada a la aorta y ésta se expande. En este punto es cuando la onda de distensión (onda de pulso) es más pronunciada, pero se mueve relativamente lenta (3 a 6 m/s). A medida que viaja hacia los vasos sanguíneos periféricos, disminuye gradualmente y se hace más rápida. En las grandes ramas arteriales, su velocidad es de 7 a 10 m/s; en las arterias pequeñas, de 15 a 35 m/s. El pulso de presión se transmite 15 o más veces más rápidamente que el flujo sanguíneo.

El término «pulso» también se usa, aunque incorrectamente, para referirse al latido del corazón, medido habitualmente en pulsos por minuto. En la mayoría de la gente, el pulso es una medida correcta del ritmo cardíaco. Bajo ciertas circunstancias, incluyendo las arritmias, algunos latidos del corazón son inefectivos y la aorta no se expande lo suficiente como para crear una onda de presión palpable, siendo el pulso irregular y pudiendo ser el ritmo cardíaco (mucho) más elevado que el pulso. En este caso, el ritmo cardíaco sería determinado por auscultación del ápice cardíaco, en cuyo caso no es el pulso. El déficit de pulso (diferencia entre los latidos del corazón y las pulsaciones en la periferia) sería determinado mediante palpación de la arteria radial y auscultación simultánea del ápice cardíaco.

Un pulso normal para un adulto sano en descanso oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto. Durante el sueño puede caer hasta las 40 pulsaciones y durante el ejercicio intenso puede subir hasta las 200-220 pulsaciones. Normalmente, el pulso es más rápido en las personas más jóvenes. El pulso en reposo para un bebé es tan alto o más como el de un adulto haciendo ejercicio intenso.

Aparte de su velocidad, el pulso tiene otras cualidades que reflejan el estado del sistema cardiovascular, tales como su ritmo, amplitud y forma de la onda de pulso. Ciertas enfermedades provocan cambios característicos en estas cualidades. La ausencia de pulso en las sienes puede indicar arteritis de células gigantes, la ausencia de pulso en los miembros o su decremento puede indicar enfermedad oclusiva periférica.

El pulso se palpa manualmente con los dedos indice y cordial, no se puede tomar con el dedo pulgar ya que este tiene pulso propio. Cuando se palpa la arteria carótida, la femoral o la braquial puede usarse el pulgar. Sin embargo, este dedo tiene su propio pulso, que puede interferir con la detección del pulso del paciente en otros puntos del cuerpo, donde deben usarse dos o tres dedos. Los dedos o el pulgar deben situarse cerca de una arteria y presionarse suavemente contra una estructura interna firme, normalmente un hueso, para poder sentir el pulso.

Una forma alternativa de encontrar el pulso es oír el latido del corazón. Esto suele hacerse con un estetoscopio, pero también puede hacerse usando cualquier cosa que transmita el sonido a los oídos, o presionando la oreja directamente sobre el pecho.

Para la frecuencia cardíaca en reposo: Recién nacidos: de 100 a 160 latidos por minuto Niños de 1 a 10 años: de 70 a 120 latidos por minuto Niños de más de 10 años y adultos (incluyendo seniors): de 60 a 100 latidos por minuto Atletas bien entrenados: de 40 a 60 latidos por minuto

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